martes, 17 de abril de 2012

Oh, santo King, yo te dignifico...

Lo malo de los intelectualoides (nótese el matiz despectivo que empleo al abordar esta categoría) es el afán que tienen por forzarse a sí mismos a tragarse todo tipo de mierdas infumables. Admiro el increíble tesón con el que tratan de convencerme de que Houellebecq "escenifica como nadie la decadencia del mundo occidental" (o sea, que es un cerdo políticamente incorrecto) o que "no hay nada como un viernes por la noche revisitando al siempre sorprendente Kurosawa" (entiendo que quieras deprimirte, pero déjame que yo me plantee el suicidio para dentro de unos años, antes me gustaría intentar vivir).
Tampoco entenderé nunca que alguien contemple extasiado una bolsa arrugada de papel marrón, con gesto de concentración, los dedos sujetando la barbilla y mueva la cabeza en un leve gesto de asentimiento...Por muy expuesta que esté en el museo moderno de turno, y por mucho que en la vitrina traten de convencernos de que es una "Alegoría de una tormenta de verano", no deja de ser una puta bolsa de papel marrón arrugado (alguien dirá "ay, si Picasso, ay si los ismos...Y yo digo, ay, no me jodas...)




Peco de osada al tildar estas "obras maestras" de mierdas infumables. Pero este es mi blog y la libertad de expresión crea monstruos, ya se sabe.

No digo que en un momento dado, todos necesitemos nuestra ración de profundidad (leer a Kundera en invierno me parece puro placer, y recomiendo "Pauline en la playa" para una madrugada de verano, así que yo también tengo lo mío...), pero no soporto la crítica sistemática al entretenimiento de masas. El cine comercial, la música comercial, la literatura comercial. Comercial pronunciado con esa mueca de asco. Es comercial porque está hecho para entretener al mayor número de personas posibles, gustar al mayor número de personas posibles, exigir el menor esfuerzo intelectual posible y divertir lo máximo posible. ¿Qué tienen de malo Spielberg o Stephen King? ¿Lo que no aburre no es cool? ¿Lo que relaja no es in? ¿A quién le importa ser in cuando está solo en el sofá de su casa? A mí no...(y si pudierais ver los pelos que luzco en este momento, me creeríais...

PD: Intelectualoides de este nuestro país, perdonad que esta pobre sólo anhele una novela barata para amenizar mis horas de transporte público, y una película absurda para acompañar las palomitas y la pizza del fin de semana. Intento tapar el lomo ante el gafapasta de turno que me encuentro cada día en el metro, pero soy una acomplejada y él lo empeora cuando su mirada me juzga con severidad...

3 comentarios:

  1. Un blog nuevo y escrito por alguien sin faltas de ortografía... Me voy a hacer seguidora "peroqueya"!! Un beso guapa ;-)

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    1. Sabes que Pepita era para mí un ejemplo de buen humor... ;-) (y no había faltas de ortografía...)

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