miércoles, 18 de abril de 2012

Sincera y escatológica

Hay una parte de mí que nunca superó los seis años. No, ya hace mucho que deje de hacerme pis en la cama (aunque quién pillara un buen pañal ciertas noches de moña infame), y de arrancar la cabeza de siniestros muñecos de ojos azules (al menos, no en un sentido estrictamente literal). Me refiero a la extraña fascinación que despierta en mí ese mundo inconmensurable que, en su cruda simpleza, en lo esencial de su naturaleza alberga tal cantidad de matices, ramificaciones, reflexiones, implicaciones, camaraderías y sonrojos, que es, ha sido y será, el top de los temas de conversación entre gentes de muy diversa condición.

Sí amigos, hoy voy a hablar de caca. Las chicas hablamos de caca. A las chicas incluso nos gusta hablar de caca. Y, por supuesto, pese a que algunos insistan en obviar la evidencia,  las chicas también hacemos caca. Sé que imaginarse a un ángel de Victoria´s Secret sentada en la taza del váter, sudando a chorretones y con la cara desencajada es un duro golpe en plena fase de exaltación hormonal. Pero la vida es cruel, como crueles son los intestinos en los momentos más inoportunos...



Según el Diccionario de la Real Academia Española "escatológico" es "perteneciente o relativo a los excrementos y suciedades", pero también "perteneciente o relativo a las postrimerías de ultratumba". Esta última definición evoca que la muerte es sucia (lo es, pero no quiero ponerme triste...). La que me interesa, la definición clásica del término, la más comúnmente asumida y empleada, posee unas connotaciones que quizá nos ayuden a entender mejor por qué nos gusta hablar de mierda.

Y esto es, amigos, no sólo porque ese acto de producir excrementos ("defecar" dicen los cultos, y los finos, y los médicos) nos une a todos con independencia de nuestra riqueza, belleza, fama o poder, sino porque la imagen de la mierda tiene un poder tan sumamente evocador, que resulta un recurso fácil para expresar todo lo que de repugnante poseen las miserias cotidianas.

Puedes decirme que tu trabajo es aburrido y está mal pagado, pero te entenderé mejor con un contundente "tengo un trabajo de mierda". Puedes decirme que tu novio te ha dejado y que anda confuso y perdido por la vida, pero me facilitarías esto de la comunicación si simplemente afirmas que "es un subnormal de mierda". Podemos entrar en un debate sobre la incompetencia de nuestra clase política, la falta de perspectivas, de ideología y de sentido común general, pero el debate finaliza entre gestos de asentimiento cuando alguien escupe un "la política es pura mierda". También puedes decir que este post es inútil, pretencioso y rematadamente guarro, pero sé que quieres decir que es "una puta mierda". Bueno, en este punto sí me gustaría llevarte la contraria: honestamente creo que este post es sólo inútil, pretencioso y rematadamente guarro....


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